14 de diciembre de 2019
Los que buscan embarrar la cancha
El acercamiento del presidente Alberto Fernández con la jerarquía eclesiástica preocupa a algunos sectores que desean fogonear un enfrentamiento.
Por Alicia Barios
Buscan embarrar la cancha. En algunos hay preocupación, casi furia manifiesta, por el acercamiento del presidente Alberto Fernández
y su actual administración con la jerarquía eclesiástica. Se trata de minimizar los gestos de buena fe a través de voceros ocasionales, medios, periodistas y cualquiera que se preste a colaborar.
La misa por la unidad de Luján, el discurso presidencial que citó en reiteradas oportunidades al "querido Papa", son difíciles de digerir para algunos.
De pronto se magnificó desde portales, noticieros, voces, la resolución ministerial de aprobar el protocolo del aborto. Justo en el momento, casi simultáneo, en el cual la primera dama Fabiola Yáñez
le estaba entregando a Su Santidad, en Roma, el cáliz con el cual se repartió la comunión en la misa de Luján.
Llegaron a firmar con nombre propio que el protocolo había salido, suavizado, tras las reuniones de obispos con allegados al gobierno. Algo así como que fue de común acuerdo "negociado". Una maldad sin gloria. Mentira de patas cortas.
Para la
Iglesia
argentina la misa en Luján fue un logro de toda la comunidad nacional, no fue a cambio de que la ley del aborto no saliera o el protocolo no se restituyera. Al tiempo que el pensamiento que el cuerpo de laIglesia
tiene sobre el aborto es histórico e innegociable. Los fieles, los gobiernos, saben cuáles son los valores absolutos y permanentes para laIglesia
.En favor de sus fieles, no va a dejar de expresarlo en todas las coyunturas, pasadas, presentes y futuras. En otras palabras: está a favor de la vida desde la concepción. Y esto -reitero- no se negocia.
El obispo de la Comisión de la Salud del Episcopado, Alberto Bochatey, se pronunció al respecto y apreció: "Es peor que la ley que quisieron promulgar en 2018, que lo aceptaba desde los 14 años". Se explayó largo y tendido acerca del tema. Hay que entender que monseñor Bochatey dio su mirada particular acerca de la cuestión. No es un pronunciamiento de la Comisión Ejecutiva.
Pero seamos claros: cuando en estos días el Presidente y los curas, referentes sociales y la jerarquía eclesiástica están trabajando para superar el mal de la pobreza que afecta a 16 millones de personas. Cuando en el país de las vacas y del trigo, productor de alimentos, carecen de pan y carne 16 millones de personas: niños, adultos y personas mayores.
Cuando la atención debería estar centrada en la búsqueda de la unidad y el consenso. Cuando es hora de dialogar para superar los conflictos del hambre que mata y alimenta la indignidad y la violencia. Cuando los periodistas y las empresas de medios tenemos que ser cuidadosos, mediadores y prudentes, algunos medios, con fines inconfesables, contaminan los diálogos representando el mal del demonio.
Deberían saber que en el odio y en el echar leña al fuego, ocultando los graves problemas de nuestro pueblo, está la raíz de todas las divisiones que los argentinos, en la Santa Misa de Nuestra Señora de Luján, simbólicamente nos comprometimos a cerrar para siempre.
Así fue el encuentro